POESÍA PISTOLA EN MANO

POESÍA A QUEMARROPA

viernes, 15 de julio de 2011

¿QUE DÓNDE ESTÁ LA POESÍA ?

         Debo decir que me siento indispuesto,
         uno no puede pararse en medio de la vida recapitulando
porque está claro que lo echan a patadas.
Entonces ve cómo los minutos gotean aceitosos,
la gente tiene cara de máquinas mal armadas
y yo estoy en medio
porque al sitio que vaya hay más y peor,
mi alma siempre está en peligro:
será por eso que la saco poco de paseo.
Es cierto:
a veces uso corbata pero parezco excéntrico
o lo que es peor banquero o diputado,
un cagatintas cualquiera
un testaferro de poca monta y poco sueldo
un matarife de papeles y burocracia,
porque he tenido experiencias terribles
cada vez que me pongo una corbata,
la gente me confunde y me saluda
o porque cree conocerme o por las dudas.
Hay también una suerte de casta apostadora
que juega a  todo lo que encuentra
empezando por el amor
y terminando con o sin dinero,
porque el dinero se sabe, tiene dos posibilidades:
o lo tienes poco o lo tienes mucho
y con ambos estás en problemas.
Sirve en todo caso para aplazar el hambre
las cuentas que han de venir
una noche de amor en una cama decente
que es algo así como un destello
un momento de resplandor
donde Sartre se divierte en la náusea de su existencia
y yo sudo como un asno resplandeciente.
Cuando era un inconsciente joven me ría más
y era cosa de segundos ametrallar una carcajada
pero es lo que tienen los años,
se te acaba esa droga porque te la quitan a marronazos
y a medida que te institucionalizan
te formas o te forman un currículo social
como para que te dejen en paz de una vez
y es ahí, justo ahí cuando de repente piensas pero ya es tarde,
        te pegan en la cabeza y te dejan esas marcas
como responsabilidades que tenemos que cumplir
y adiós rock and roll, adiós Ícaro y  cerveza libre,
una pequeña inmortalidad creada y bien muerta
un devaneo con lo estúpido que un hombre puede ser
es lo que queda en los registros fotográficos.
No es que la cosa cambie radicalmente
pero existe el  riesgo de saber demasiado y asimismo fracasar.
Porque no se puede estar al margen del fracaso
que tiene esa cara de policía de investigaciones
        aguardando paciente a que te salgas de la fila
y ya está, tienes bolsas de formularios de infracciones
que equivalen a las culpas no expiadas
todo lo que se empezó y no se terminó
todas las vergüenzas nuestras y ajenas
hasta parecer menos que hormigas, menos que amebas.
No fumo, no bebo, escribo lo necesario,
es más, hablo mucho pero no digo nada
en todo caso hay que seguir adelante
mañana y pasado y traspasado
hay que comer, ir al baño,
y hacer lo que se espera que se haga para sobrevivir
de un modo que la media social califica de decente
con arreglo a la idiosincrasia de donde uno esté,
incluso los que parecen que la pasan de rechupete
padecen las mismas pestes cerebrales
aunque veas frente al televisor que son premiados
y levantan esas cosas impresentables estéticamente
de todos los colores y tamaños,
con el mismo estúpido discurso
porque no saben o no quieren saber
porque la neurona no les da para intuir
que pueden morir incluso en ese mismo lugar hoy
o mañana
de la manera más insípida,
mientras el viejo del hospicio
con todas las enfermedades posibles puestas en orden
en su lista al pie de la cama
aún respira 
y tengo que soportar que me vengan a hablar a mí de éxito,
del sentido trágico de la vida.
Saber que vamos a morir no es descubrir otro planeta
         es irse a otro planeta,
aunque sería materia más que suficiente
para ser mas no sé qué, pero de seguro alguien mejor
         pero llueven trivialidades a destajo
desde un techo plomizo de palabras sin medida,
hechos con discursos inagotables y vacíos.
Nada de buena música
un torbellino ensordecedor
que hasta parece que nos devora
un agujero negro de la nada
aunque siempre lucho a mano armada por ese minuto
en que yo soy yo
y es poco el tiempo que tengo para darme cuenta
pues eso ha sido así desde que tengo memoria,
es decir
cuando dejé de ser un adolescente mental
         y vi con horror toda mi vida muerta
que me río del infierno de Dante.
La cosa consiste en caminar hacia mí mismo
pero un gentío hostil se interpone sin razón
porque esta cosa individual parece que es lo que se enseña:
no importa el gigantesco esfuerzo que haga para abrazarme
quererme un poco
acicalarme el espíritu,
siempre hay alguien con el carro de basura así de listo
         para vaciármelo en el pecho.
Mientras tanto hay prostitutas que dan pena
gente muriéndose en los hospitales o en las calles
agonizando espantosamente de cosas terribles
mutilados por los sucesivos cánceres del cuerpo
corroídos por las hirvientes lavas del  alma.
Mostraría un registro fotográfico considerable de esos rostros
pero nadie querría verlos porque habría que tener tripas,
siempre hay humanos durmiendo en los rincones
peor que los perros, peor que las ratas,
porque las cucarachas son a prueba de todo
y están casi arriba en la escala de supervivencia.
Pero uno nunca sabe a pesar de todo
si está cerca de la realidad
porque casi todos dicen que hacen sus deberes,
casi todos se aferran a la torta pública diciendo que no
y te muestran el culo diciendo que no tienen tornillos
pero no se levantan para que veas si es cierto
y como te digo esto te digo lo otro
y como te digo una cosa te digo la otra.
Resulta  que el hecho de que esté vivo es un milagro
y que usted también lo esté,
es una gracia superior conferida a un mortal
fuera del estamento de los filósofos
que tienen cada uno un diccionario para comprenderlos
con caras de gente extraña, extraordinaria,
jugadores con muchos mazos de cartas
haciendo enormes castillos y explicándolos a su vez
y uno que se pierde por el camino,
parece que va pisando mierda porque se resbala
pero la cuestión después de sacudir la coctelera
es el brebaje que da patadas majestuosas en  los testículos
y puede que esté loco
pero miden es seguro más de dos metros viéndolos sin ojos
aunque casi nadie pueda ver esa estatura,
y como viejos buenos y muertos la mayoría
me enseñan en las noches a dejar de gatear
y agarrarme de los muebles a mano para ver el mundo
y levantarme sobre mis pies
a tratar de decir algo que valga la pena
antes de irme.
Solamente les falta el maldito lenguaje sencillo. Una lástima.
Sé que éste es uno de los mundos posibles donde vivimos
porque son como telas de cebolla
uno se va saltando o lo van saltando
uno se va salteando o lo van salteando
pero éste en particular
se instala todos los días en mis ojos
porque tan sólo se trata de tener un corazón mísero.
Un corazón misericorde ¿se entiende?
En fin,
ya me siento mejor del estómago,
he vomitado y es posible que mejore.
¿Qué dónde está la poesía?
¡Vaya qué pregunta!
Estoy cansado.
Me voy a dormir.
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